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lundi 25 avril 2016

Petenera ¤ José Menese y Enrique de Melchor

Petenera  ¤ José Menese y Enrique de Melchor
https://www.youtube.com/watch?v=ix5wT5y5RH4



Y les pusieron el freno
para que no se desbocaras,
y así van poquito a poco,
y así van poquito a poco,
igual que bestias de carga.
Freno pusieron al pueblo
para que no se desbocara.

Sin compasión castigar,
castigar sin compasión,
es instinto del cobarde,
y a la vuelta encontrará,
y a la vuelta encontrará
el que no le teme a nadie,
el que no le teme a nadie,
que no tarda en perdonar.

Firme yo como la piedra,
firme yo como la piedra,
tanto tormento y dolor,
para que yo no lo sintiera
compañero de mis carnes,
para que yo no lo sintiera,
cerdas en el corazón,
cerdas en el corazón,
es menester que tuviera.


José Menese Scott (La Puebla de Cazalla, Sevilla, 1942) se crio en su pueblo natal donde su padre ejercía el oficio de zapatero. Comenzó cantando en su localidad natal como aficionado, en locales como el "Bar Central".
A pesar de no pertenecer a la etnia gitana, José Menese hace gala de una potente voz cuyos matices recuerdan a los grandes cantaores gitanos, especialmente a Antonio Mairena. Menese es un cantaor ortodoxo que siempre ha respetado los esquemas clásicos del flamenco, rechazando en su repertorio innovaciones como las que otros artistas han introducido en el cante de finales del siglo XX. A pesar de ello, ha sido el primer artista flamenco en llevar el cante a escenarios como el Teatro Olympia de París (1973 y 1974) o incluso al Auditorio Nacional de Música de Madrid (1991).


Las peteneras son un palo flamenco que se basa en una estrofa de cuatro versos octosílabos que se convierten en seis o más por repetición de algunos de los versos y el añadido de otro a modo de ripio  que suele ser «Madre de mi corazón». Este palo flamenco tiene letras tristes y melancólicas, y se interpreta de forma lenta y sentimental, aunque existen versiones antiguas con ritmos más rápidos y temas menos sombríos.
La petenera existía como forma musical previamente a su adaptación al flamenco; para algunos estudiosos, está emparentada con la zarabanda del siglo XVII. El nombre proviene de una cantaora natural de Paterna de Rivera (Cádiz) llamada La Petenera, que vivió a finales del siglo XVIII.

Existen diferentes versiones de este cante: la antigua y la moderna, y ésta a su vez puede ser corta (chica) y larga (grande). La llamada petenera grande no es bailable, a diferencia de la corta, que sí puede bailarse acompañada por palmas.


  El ripio: palabra o frase inútil o superflua que se emplea viciosamente con el solo objeto de completar el verso, o de darle la consonancia o asonancia requerida.

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