ROMANCE DE GERINELDO Y LA INFANTA (Medieval)
Joaquín Díaz
http://www.youtube.com/watch?v=9t-OnrC9MAQ&feature=related
- Gerineldo, Gerineldo, Gerineldito pulido
quién estuviera esta noche, sólo dos horas contigo.
- Como soy vuestro criado, Señora burláis conmigo.
- No me burlo Gerineldo, que de veras te lo digo.
¿A qué hora, la mi señora, me tendrá abierto el castillo?
- Entre las once y las doce, cuando el rey se haya dormido.
A eso de las once y media, Gerineldo va al castillo.
- ¿Quién será ese caballero que a mi puerta dio un suspiro?
- Gerineldo soy, señora, que vengo a lo prometido.
Baja la dama en enaguas, abre puertas y postigos.
- Con un postigo que abra, cabe mi cuerpo pulido.
Se metieron en la cama como mujer y marido
y antes del gallo cantar, los dos se quedan dormidos.
Cuando se despierta el rey, despierta despavorido.
- O me fuerzan a la hija, o me roban el castillo.
Coge la espada en su mano y se va para el retiro,
y se encuentra allí a los dos como mujer y marido.
- Si mato a mi hija la infanta, queda mi reino perdido,
y si mato a Gerineldo, le mato muy joven niño.
Meto la espada entre medias, porque sirva de testigo.
- Despiértate, Gerineldo, despierta si estás dormido,
que la espada de mi padre, entre los dos ha dormido.
Ya se viste Gerineldo, ya se va para el retiro,
y al bajar por la escalera, el rey, su amo, le ha visto.
- ¿Dónde vienes Gerineldo, que vienes descolorido?
- Vengo del jardín señor, que está florecido y lindo;
con el olor de las flores, los colores se me han ido.
- No has prevenido muy mal para ser tan tierno niño.
- Máteme el rey mi señor, que lo tengo merecido.
- Si te quisiera matar, harto lugar he tenido.
El castigo que te doy, no te doy otro castigo,
que ella sea tu mujer, y tú seas su marido.
Quizá sea éste uno de los romances más documentados y de los que se posee una mayor cantidad de versiones recopiladas.
Se trata de un romance perteneciente al ciclo carolingio en su etapa primitiva, en el que se mezclan rasgos característicos de su origen francés, con otros de neta factura castellana, lo que le proporciona una serie de matices diferenciadores de los puramente franceses como es el predominio de lo novelesco sobre el hecho heroico, la intensidad pasional, la galantería y la inclusión de elementos líricos.
En él se narran los amores entre una hija del emperador Carlomagno y un paje de éste, Gerineldo, con resultados y desenlace bien distintos según la versión recopilada .
Nuestra princesa no es una mujer ligera que se lleva a los hombres a la cama así como así. No es la calenturienta bastarda que agota al segador, ni la morbosa dama que hace indecentes proposiciones al pastor.
Nuestra princesa invita a su lecho a Gerineldo porque quiere casarse con él o, por lo menos, que vivan como marido y mujer. Resulta difícil calibrar cuánto hay de perentorio deseo y cuánto de recurso para cazar novio - para comprometerlo- en la atrevida proposición de la joven. Pero las intenciones están claras, y además desde el principio.
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